Ya habíamos hecho el primer asiento completo...








...así que nos pusimos con otra cosa.  Como todavía nos quedaba un poco de  piel y ya me había acostumbrado a trabajar en ésta piel tan dura, nos hicimos unas manetas a juego con el asiento que habíamos creado. Las cosí con un cordón de cuero, y les dí el mismo acabado que al asiento, con una capa de betún de judea, para darles ese aspecto envejecido.

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